TEJIDO CON HILOS DE ORO. ANA MARÍA MANCEDA
Llegaste a mi ser envuelto en hilos de oro ¿D e qué parte del Cosmos vendrías ya que mi tierra era estéril? Pero tus mejillas denunciaban mi pertenencia y asombrada descubrí que tu piel quería imitar la mía. Amorosa tejí todos estos años con tus hilos de oro el nido tibio que dio sentido a mi vida. Pude reír, cocinar melodías brillar con las plantas bordar con estrellas la palabra hogar. Ahora tienes que partir armar tu propio nido previo vuelo exigido, acuciante de ir deshojando tu destino. Te tienes que ir me siento feliz de verte hombre pero el desgarro es tremendo . Sé que me quedan tus hilos de oro con los que tejí, amorosa, un tibio nido. Pero hijo, amado hijo el nido será de oro pero ahora....ahora quedó vacío.
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