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San Martín de Los Andes, PATAGONIA ARGENTINA, Argentina
"Escribo porque eso me da alas. Puedo volar hacia mis nostalgias, hacia mi interior, abanicar al otro, recorrer el mundo y mirar a GAIA. Escribo porque eso me da otras vidas, con la mía no me alcanza."Ana Amría Manceda

sábado, 7 de diciembre de 2019

Mario Benedetti - Pocas cosas

Mario Benedetti - Pocas cosas

En este mundo hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle a uno la vida /
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas
me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas
pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve
para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo
Mario Benedetti

martes, 22 de octubre de 2019

TEJIDO CON HILOS DE ORO. ANA MARÍA MANCEDA






TEJIDO CON HILOS DE ORO. ANA MARÍA MANCEDA 


Llegaste a mi ser envuelto en hilos de oro ¿D e qué parte del Cosmos vendrías ya que mi tierra era estéril? Pero tus mejillas denunciaban mi pertenencia y asombrada descubrí que tu piel quería imitar la mía. Amorosa tejí todos estos años con tus hilos de oro el nido tibio que dio sentido a mi vida. Pude reír, cocinar melodías brillar con las plantas bordar con estrellas la palabra hogar. Ahora tienes que partir armar tu propio nido previo vuelo exigido, acuciante de ir deshojando tu destino. Te tienes que ir me siento feliz de verte hombre pero el desgarro es tremendo . Sé que me quedan tus hilos de oro con los que tejí, amorosa, un tibio nido. Pero hijo, amado hijo el nido será de oro pero ahora....ahora quedó vacío.


jueves, 17 de octubre de 2019

A LA IZQUIERDA DEL ROBLE.MARIO BENEDETTI-

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
en el que uno puede sentirse árbol o prójimo
siempre y cuando se cumpla un requisito previo.
Que la ciudad exista tranquilamente lejos.
El secreto es apoyarse digamos en un tronco
y oír a través del aire que admite ruidos muertos
cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico siempre ha tenido
una agradable propensión a los sueños
a que los insectos suban por las piernas
y la melancolía baje por los brazos
hasta que uno cierra los puños y la atrapa.
Después de todo el secreto es mirar hacia arriba
y ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ah pero las parejas que huyen al Botánico
ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
hablan por lo común de temas importantes
y se miran fanáticamente a los ojos
como si el amor fuera un brevísimo túnel
y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.
Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble
(también podría llamarlo almendro o araucaria
gracias a mis lagunas sobre Pan y Linneo)
hablan y por lo visto las palabras
se quedan conmovidas a mirarlos
ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero es lindísimo imaginar qué dicen
sobre todo si él muerde una ramita
y ella deja un zapato sobre el césped
sobre todo si él tiene los huesos tristes
y ella quiere sonreír pero no puede.
Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico
ayer llegó el otoño
el sol de otoño
y me sentí feliz
como hace mucho
qué linda estás
te quiero
en mi sueño
de noche
se escuchan las bocinas
el viento sobre el mar
y sin embargo aquello
también es el silencio
mírame así
te quiero
yo trabajo con ganas
hago números
fichas
discuto con cretinos
me distraigo y blasfemo
dame tu mano
ahora
ya lo sabés
te quiero
pienso a veces en Dios
bueno no tantas veces
no me gusta robar
su tiempo
y además está lejos
vos estás a mi lado
ahora mismo estoy triste
estoy triste y te quiero
ya pasarán las horas
la calle como un río
los árboles que ayudan
el cielo
los amigos
y qué suerte
te quiero
hace mucho era niño
hace mucho y qué importa
el azar era simple
como entrar en tus ojos
dejame entrar
te quiero
menos mal que te quiero.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero puedo ocurrir que de pronto uno advierta
que en realidad se trata de algo más desolado
uno de esos amores de tántalo y azar
que Dios no admite porque tiene celos.
Fíjense que él acusa con ternura
y ella se apoya contra la corteza
fíjense que él va tildando recuerdos
y ella se consterna misteriosamente.
Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía
que iba a vivir
que iba a vencernos
pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro
sin su cielo
un niño muerto
sólo eso
maravilloso y condenado
quizá tuviera una sonrisa
como la tuya
dulce y honda
quizá tuviera un alma triste
como mi alma
poca cosa
quizá aprendiera con el tiempo
a desplegarse
a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor
muertos de miedo
tienen tan grande el corazón
que se destruyen sin saberlo
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y qué pena
yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto
ahora qué queda
sólo queda
medir la fe y que recordemos
lo que pudimos haber sido
para él
que no pudo ser nuestro
qué más
acaso cuando llegue
un veintitrés de abril y abismo
vos donde estés
llevale flores
que yo también iré contigo.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
que sólo despierta con la lluvia.
Ahora la última nube a resuelto quedarse
y nos está mojando como alegres mendigos.
El secreto está en correr con precauciones
a fin de no matar ningún escarabajo
y no pisar los hongos que aprovechan
para nadar desesperadamente.
Sin prevenciones me doy vuelta y siguen
aquellos dos a la izquierda del roble
eternos y escondidos en la lluvia
diciéndose quién sabe qué silencios.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico
aquí se quedan sólo los fantasmas.
Ustedes pueden irse.
Yo me quedo.

martes, 17 de septiembre de 2019

Poema del día: "Hielo, edén", de Paul Celan (Alemania, nacido en Rumanía, 1920-1970)


Posted: 15 Sep 2019 10:00 PM PDT

Hay un País Perdido,
su juncal con luna es,
y lo con nos arrecido
arde alredor y ve.

Ve, pues tiene ojos grandes,
tierras claras su ser.
La noche, la noche, las sales.
El niño de los ojos ve.

Él ve, ve, vemos,
yo te veo, tú ves.
Resucitará el hielo,
la hora dará después.

Paul Celan en La rosa de nadie (1963), incluido en Obras completas (Editorial Trotta, Madrid, 2002, trad. de José Luis Reina Palazón).

domingo, 9 de junio de 2019

TÚ DECIDES SER ROBLE O BAMBÚ

TÚ DECIDES SER ROBLE O BAMBÚ

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La tormenta arranca del suelo al fornido roble, pero no al junco, porque éste se dobla. No calcules mi fuerza, sino mis debilidades.
Isabel Allende.
Árbol noble, macizo y robusto, el roble es sinónimo de fortaleza.
Grandes raíces que sustentan su tronco poderoso e inabarcable, capaz de lucir con gran semblante las cicatrices sufridas con los años. Fabulosos brazos interminables que soportan esa majestuosa silueta, cobijo de mil formas de vida, consigue proteger a todos de la lluvia primaveral incesante.
Valioso en vida, codiciado en su muerte, capaz de evolucionar a banqueta de zapatero, escritorio de letrado o convertirse en una gran mesa de banquetes testigo de grandes encuentros y jolgorios, que siendo el orgullo del anfitrión, le permite recordar con añoranza aquellos años de vida vistiendo los campos, ahora sin cicatrices, pulidas por unas manos diestras con la guimbarda y el cincel.
Toda mi vida me he esforzado por ser roble. No por su ornamenta y majestuosidad, para eso que estén otros que no es virtud que me corresponda. Me refiero al roble resistente y fuerte, capaz de proteger a mi familia, siendo el sustento de quien de mi cobijo depende, soportando las inclemencias y llevando con orgullo las cicatrices que la vida me regale. ¿Acaso no es lo que se espera de un buen padre de familia? Fortaleza, siempre en pie resistiendo las tormentas, refugio y referente de todos, no me puedo permitir caer.
Con cada vendaval, mayor resistencia, creciendo en raíces que me mantengan en pie, ensanchando el tronco para obtener mayor robustez. El viento va y viene y vuelve a venir, no para de soplar; el roble ahí sigue y debe seguir, aunque se puede agotar. Todo está en orden y así seguirá, pero un día llega la duda, el temor a que la tormenta se convierta en huracán ante el que todo está vendido al antojo de su curso.
Es aquí donde me digo: ¡Hay que evolucionar!
Y en estos quehaceres internos, una vez más, Oriente me muestra el camino. De la India nos llega el bambú, que ni siquiera se le puede catalogar como árbol, conformándose con ser una simple planta. ¿Acaso puede competir con el majestuoso roble? Humilde hasta en su forma de nacer, necesita de siete años para poder germinar. Fuente de burlas de todas esas flores tan bellas como efímeras, el bambú sigue fiel a su plan, creciendo en su interior, buscando en lo más profundo a la espera de su momento, sin prisa, sabedor de que lo mejor está por llegar y para cuyo momento se debe preparar. Y es que de repente, cuando todos se habían olvidado de él, un día decide conocer la luz del sol obrándose el milagro. Capaz de crecer más de treinta metros al mes, dicen que si lo observas podrías verlo ascender.
Flexible y resistente, ligero e inquebrantable, ni tormenta ni ventisca ni huracán pueden con él. Pero si así fuera, aunque lo cortes vuelve a crecer.
Y en estas preguntas internas, una vez más el coaching me muestra el camino, haciéndome cuestionar hasta la verdad más verdadera. ¿Quién soy yo? ¿Quién quiero ser? ¿Roble o bambú?
Y en estas preguntas internas, una vez más el coaching me muestra el camino: depende de mi objetivo.
Hoy me siento cansado y quiero respirar, las cicatrices me duelen, la brisa me irrita y temo el huracán. Decido ser bambú y dejarme llevar, olvidarme de la resistencia y aceptar las tormentas cuando quieran llegar, ser flexible para no romper.
Hoy decido evolucionar, ser centro de burlas de las flores efímeras, perder la categoría de majestuosidad, pues prefiero ser un simple junco que se enfrenta a la tempestad a una admirada mesa en la que ebrios incontrolables derramen su champán.

sábado, 8 de junio de 2019

Poema del día: "La mano", de Ibrahim Nasrallah (Palestina, 1954)

Poema del día: "La mano", de Ibrahim Nasrallah (Palestina, 1954)

Es la mano
La bella rama del día
Floreciendo con dedos
Suave como el arrullo de la paloma
Que ni atrapa el viento,
Ni arresta el agua.
Pero se aloja en el espacio
Y abraza la tierra
De la flor salvaje
Al árbol de palma.
Es la mano
La que nos conforta en nuestra fractura,
Nos consuela cuando lloramos,
Nos da solaz en nuestro cansancio.
Es la mano
El milagro del sueño
La leyenda de la creación
Las columnas de luz
O un manojo de ascuas
Que vivifican o menguan.
Es la mano
Un campo, y un ramillete de canciones infantiles,
Y un planeta.
La mano no es un libro, o líneas.
No escrutes los detalles
No leas su silencio
Ni sus contornos
No encontrarás nada.
Todas las líneas que la han invadido
Todas las curvaturas
Son nuestras culpas
De las primeras aberraciones
Al advenimiento de la miseria.
Es la mano
No la leas
Lee lo que escribirá
Lee lo que hará
Y levántala
Levántala
Hasta que se haga un cielo

Ibrahim Nasrallah, incluido en Poesía árabe. 16 poetas árabes contemporáneos (Biblioteca digital, República Dominicana, 2008).

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sábado, 23 de marzo de 2019

SI ME PINTAS...POEMA ANA MARÍA MANCEDA


La Caza Sutil. Gracias a todas las opiniones . Muy generosos/as.-( imagen GUAYASAMIN)
21 de marzo a las 22:48 · 
Si me pintas la cara
píntame una sonrisa, grande muy grande
tan grande que le de sombras
al dolor que sube por mi garganta
que viene desde el estómago, ahí
donde se estrelló mi alma. Y a mi mirada
¡Ah! Solo píntale un poco de rojo
y un asomo de lágrimas.
--
Si me pintas
En Antología” El color de las palabras”
Ana María Manceda.
Argentina
Imagen: Guayasamin
#DíaMundialDeLaPoesía #21DeMarzo